Jesús Esteban Domínguez
Federación Extremeña de Caza
Colaborador de Mutuasport
La especie humana, desde su existencia, sobrevivía de la caza y la recolección.
Es indiscutible que los primeros humanos fueron cazadores, era algo necesario y por ello, fue muy importante en la evolución del hombre, pues tenían que fabricar sus propias herramientas para la caza y para que esta fuera efectiva, era necesaria dicha evolución.
En el paleolítico, no existía la ganadería ni la agricultura, con lo cual, había que cazar para buscar el sustento diario.
El ser humano, era un animal como cualquier otro, un depredador en su medio, cazadores formidables de gran habilidad, capaces de rastrear una pieza a kilómetros de distancia, de leer las señales de la naturaleza, además de tener una orientación espectacular.
Comían lo que cazaban y también usaban las pieles en forma de abrigo para poder sobrevivir, pues los cambios de clima eran imprevistos, pero no solo cazaban para comer, sino para defenderse, pues en aquel entonces, la caza también se le venía encima, tratando de ver quien cazaba a quien.
En el neolítico, aprendieron a recolectar cultivos pasaron de ser gregarios a sedentarios, no hacía falta desplazarse para buscar alimentos, aún así la caza seguía siendo necesaria.
También se empezaron a domesticar los primeros animales, entre ellos los perros que ya llevaban en sus cacerías.
En el siglo XV, finalizando la edad media, aparecen las primeras armas de fuego, que cambiaron los métodos de caza, sustituyendo lanzas y arcos por estas, y haciendo más fácil el abatir animales.
Actualmente en la sociedad, hemos sufrido un cambio tremendo, estamos acostumbrados a tener mil comodidades, hemos perdido muchos de aquellos conocimientos que nos permitían cazar, guiarnos, buscar alimentos y otras habilidades.
La caza ya no se ve de la misma manera, y aunque no es necesaria para comer como antes, aún quedamos “unos cuantos” que nos gusta saber lo que comemos, trabajarlo y cocinarlo, ese es el mayor respeto que se le puede dar a un animal, y no criarlo en cautividad para ir a una bandeja en un supermercado.
Hoy en día, el mayor ecologista es el propio cazador, es quien más se preocupa por las especies, repoblando en zonas que escasean, haciendo gestión, aportando comida y agua en zonas que esta no abunda.
El cazador tiene un papel importante en la naturaleza actualmente, pienso que ya no se autorregula sola, por ejemplo, han aparecido muchas enfermedades en los animales, como puede ser la sarna en las cabras monteses, la mixomatosis o la NHV en los conejos, o la tuberculosis del jabalí, corzos, etc.., la función del cazador abatiendo estos para que no se propaguen es esencial.
La superpoblación de animales es otro problema, acabando con la comida en algunos entornos o provocando numerosas accidentes en las carreteras como es el caso de la población de jabalí, que si no fuera por los cazadores, no tiene predador que regule su población.
Por estas razones, y otras más, el hombre cazador ha sido y seguirá siendo necesario.
