Esperas de jabalí al paso

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Daniel Gómez García

Creador de Playmocaza.es

Cazador federado de Castilla la Mancha

 

¡DIEZ NORMAS QUE DEBES CUMPLIR SIEMPRE!
ESTA MODALIDAD ES UN AUTÉNTICO DESAFÍO, Y MÁS CUANDO NO ES POSIBLE CEBAR. AQUÍ TIENES UNOS CONSEJOS FUNDAMENTALES PARA ESTE TIPO DE AGUARDOS SIN OBVIAR EL MÁS DETERMINANTE: VELAR POR TU SEGURIDAD Y LA DE OTROS CAZADORES.

 

1.     SEGURO PREMIUM MUTUASPORT. La seguridad no se debe negociar nunca, y tener un buen seguro que te cubra en caso de necesidad no sólo es una obligación, sino la mejor opción. Tener el mejor seguro del mercado, con las mayores coberturas da la tranquilidad suficiente para afrontar con garantía de tener todo cubierto en caso de problemas. Hay que ponderar que no hay acto más responsable para nuestros semejantes que tener dichas coberturas.

 

 

2.     REPASAR QUE TODO EL EQUIPO Y DOCUMENTACIÓN SE ENCUENTRA EN PERFECTAS CONDICIONES. Arma limpia y con sus mecanismos y orificios sin obstrucciones, munición sin presentar defectos. Pápeles en regla, tales como permisos de armas, guías, licencias de caza y permisos o precintos para el desarrollo de la actividad. Aparatos eléctricos a utilizar, siempre con carga completa, incluyendo a poder ser una pequeña batería portátil, para no quedarnos fuera de juego con el móvil o la linterna.

 

 

3.     MONOCULAR NOCTURNO O TÉRMICO Y CASCOS DE PROTECCIÓN AUDITIVA. Este tipo de equipos supone una superioridad para los esperistas en sus esperas y puede que los animales pierdan cierta defensa e incluso que estemos renunciando a cierta esencia… pero no se puede obviar que su uso da unas opciones de recrearse de la actividad nocturna, así como de desarrollar claramente la seguridad en nuestros aguardos al poder identificar mucho mejor nuestro entorno y las piezas a abatir, por no decir que en el caso de los cascos, nos ayuda a proteger nuestra audición, y cada detonación para nuestra desgracia, cuenta. La seguridad no se debate.

 

 

4.     ROPA DE ABRIGO. Sea la época que sea, no debemos menospreciar las bajadas de temperatura que se dan en el campo con la caída del sol, y siempre dentro de una lógica debemos recordar abrigarnos adecuadamente. El calor se sobrelleva mejor que el frío y en caso de tener que alargar una espera, esa chaqueta que parecía abultar tanto en el morral, no será ni mucho menos un estorbo.  En época de mosquitos además, también es buen aliado y complementa de lujo al repelente. Una buena opción que cada vez más se ve en redes sociales, es el uso de guantes térmicos que permiten utilizar dispositivos táctiles.

 

 

 

 

5.     BOTIQUÍN COMPLETO. Parece una bobada, pero muchos cazadores en sus morrales no llevan ni una simple tirita, cuando si van cargados con otras muchas cosas, que posiblemente no sean tan elementales como este tipo de material que en caso de necesidad puede evitarnos un problema. Mi botiquín ideal, llevaría unas tijeras pequeñas, tiritas, alcohol, una venda, gasas, esparadrapo, unas pinzas, paracetamol y en caso de ser alérgicos, unas pastillas de este tipo.

 

 

6.     EL PUESTO “AL PASO”. En muchos cotos no es posible realizar un cebado o cazarles fuera de las zonas de daños, como bañas, que nos permita parar un animal, y de esa manera facilitar la tarea de localización, de identificación y por último de disparo. Es por ello que es clave para elegir nuestro puesto, saber bien las querencias de los animales, para intentar colocar nuestro puesto de tal forma que permita poder aguardarle en unas condiciones mínimas de espacio y tiempo que nos permita verle con claridad y tiro si procediese. Debería de estar en predisposición de poder realizar lances en los que la trayectoria de la bala sea limpia y quede enterrada, evitando zonas de piedras y rebotes y rehusando siempre de tirar al viso. El aire es fundamental y es por ello que es necesario tener planteada más de una estrategia para elegir en el momento señalado. Naturalizar el lugar donde estaremos sentados es más que recomendable, a poder ser con antelación como mandan los cánones.

 

 

7.     SIEMBRAS, ALIADAS Y AYUDA AL AMIGO AGRICULTOR.  En línea con el anterior punto, buscar nuestros puestos en siembras o campos de labor, no sólo nos hace estar en un punto caliente del coto donde la querencia está garantizada con menor o mayor frecuencia, que puede incluso para aquellos que tienen menos tiempo para leer el campo solventar el tener menos miradas las querencias, sino que además como mínimo nuestra presencia ayudará a paliar aunque sea mínimamente los daños  que sufren los agricultores, tiremos o no tiremos, y es que la caza en muchas facetas tiene que ser gestión y aliviador de daños.

 

 

8.     COMUNICACIÓN. Comunicarse con el resto de cazadores del coto que tengan permitido o tengan previsto salir esa noche al campo es vital, para saber dónde estará cada cual colocado, evitando posiciones en el monte que puedan ser peligrosas y a la postre dar con equivocaciones fatales. Sé que los cazadores por norma somos reacios a compartir nuestras ubicaciones para evitar dar pistas a otros sobre nuestros cazaderos, pero la seguridad debe de estar por encima de estas cosas siempre. Es mejor que un compañero termine haciéndose con un jabalí en un puesto preparado por uno, que tener que lamentar desgracias futuras por guardar un secreto. A la contra, si un compañero de coto, ya nos informa que estará en cierta zona, que menos que buscar o colocarse en otro lugar lo suficiente alejado.

 

 

9.     LA CALMA. En el puesto es conveniente mantener la tranquilidad y dar el mayor sentido de la palabra a la modalidad que estamos practicando, “espera”. Si tenemos la inmensa fortuna de que algún animal entra a nuestra zona de tiro, verificaremos que se trata del animal que deseábamos abatir. En caso de haber tenido un lance mantendremos la calma, y daremos unos minutos al sosiego y a escuchar el campo, para conseguir la mayor información posible en caso de que el animal no quede en el sitio. Pasado este tiempo y si ya hemos decidido dar por acabada la noche, con la linterna o aparato de visión nocturna o térmica intentaremos desde nuestra posición determinar si está el guarro en el suelo o si por el contrario no se le ve. Sea como fuere nos acercaremos a la zona de tiro con la linterna y/o frontal encendido. Si en las inmediaciones se localizase el animal, nos reafirmaremos en que está completamente muerto, antes de acercarnos para sacarlo. Los cochinos heridos son peligrosos independientemente de su tamaño, y nos pueden crear situaciones de peligro innecesarias. Si por el contrario no viéramos el animal y este hubiera marchado herido, sobre todo en situaciones donde el jabalí se hubiese enmontado, es mejor dejar el cobro y el pisteo para el día siguiente a la luz del día y en caso de no poder nosotros, pedir el favor a algún amigo. Andar de noche por el monte supone riesgo y más si tenemos que salir de nuestras zonas de seguridad marcadas y sin saber en qué estado estará el animal. Insisto en que posponer esta situación es la mejor decisión segura posible.

 

 

10.  LA RETIRADA. En último lugar, con lance mediante o no, toca volver a casa. Con el arma descargada y enfundada, y resto del equipo recogido, incluyendo vainas vacías y residuos que hayamos podido generar, abandonaremos nuestro puesto, incidiendo en este punto en llevar linternas encendidas para no sólo alumbrar nuestro camino sino para también ser visto sin lugar a equívocos por posibles compañeros. Salir del puesto generando ruidos no naturales, como silbidos, no es mala opción, con el único fin de dejar bien a las claras que quien se mueve es una persona y no otra cosa quien se está moviendo de vuelta. Los posibles espantes de animales, no justifican poner en juicio nuestra seguridad.

 

 

 

Daniel Gómez García

Creador de Playmocaza.es

Cazador federado de Castilla la Mancha

Avda. Reina Victoria, 72.
28003 MADRID
Tlfo. 915340444

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