Antonio José Castán Sánchez
Técnico de la Federación Andaluza de Caza
La perdiz roja (Alectoris rufa) es, por todos reconocida, como la Reina de la caza menor, especie protagonista de las jornadas cinegéticas por su belleza y bravura capaz de sorprender en el arranque de su vuelo al cazador con perro de muestra más experimentado, y enamorar con sus cantos al reclamista más longevo.
Es por ello que nuestro deber ha de ser cuidarla y protegerla de los numerosos factores que afectan a sus poblaciones silvestres, promoviendo una buena gestión que fomente su conservación y el buen estado de sus poblaciones. Es por ello, que en este artículo hablaremos de algunos consejos para llevar a cabo una correcta gestión que ayude a conservar y potenciar las densidades de perdiz.
1.- Monitorizar la población de perdices. Aplicaciones como “CensData” nos facilitan la recopilación de datos, ayudándonos a conocer la situación en la que se encuentran y la evolución de las poblaciones de perdices en nuestro coto, para valorar la gestión que estamos realizando. Además de colaborar en la defensa de la caza a nivel nacional.
2.- Cuidar la perdiz Autóctona por encima de todo. Priorizar la recuperación de nuestra perdiz roja salvaje, sin hacer uso de refuerzos o las mal llamadas y realizadas repoblaciones, carentes de estudio técnico que avale lo que se pretende llevar a cabo.
3.- Identificar los hábitats fuente. Localizar esas zonas “calientes” con el mejor hábitat para la cría de perdiz en nuestros cotos y comenzar la gestión en estos puntos, ubicando ahí las zonas de reserva, fomentará el refuerzo natural de perdiz en zonas circundantes.
4.- Creación de “Microreservas”. Podemos favorecer la dispersión y asentamiento de las perdices generando pequeños parches rotativos, próximos a las zonas de reserva, con siembras (de leguminosas y cereales) y desbroces aumentando la heterogeneidad del hábitat de nuestro coto.
5.- Instalación y mantenimiento de comederos y bebederos. Ubicar y mantener los puntos de suplementación de comida y agua en lugares estratégicos, sobre todo en periodos de escasez, es de vital importancia.
6.- Binomio cazador-agricultor. Una buena relación con los agricultores, propietarios de los terrenos y en ocasiones también cazadores, es además de crucial, el primer paso para entablar acuerdos de mejora del hábitat en pro de la conservación de la perdiz y otras aves esteparias.
7.- Extremar la vigilancia. La figura del guarda de coto o la realización de una buena vigilancia sobre todo durante periodos clave como anidado, salida de las bandas de pollos, así como días de lluvia, es muy importante si queremos evitar presencia de furtivos que capturen en vivo nuestras perdices.
8.- Caza selectiva mediante la perdiz con reclamo. Esta modalidad puede ser una gran aliada en la gestión de la especie, si se practica de forma coordinada y mesurada, priorizando el abatimiento de machos viejos y territoriales, dejando siempre que sea posible la hembra sin tirar, fomentará el establecimiento de más parejas de perdices en esa misma zona.
9.- Hacer un buen control de predadores. Nos ayudará a reducir la presión directa sobre la perdiz roja, y mejorar la calidad genética y sanitaria de las poblaciones, así como la reacción de defensa ante situaciones de peligro.
10.- Colaboración activa de los socios del coto. Realizar un aprovechamiento cinegético sostenible es responsabilidad de todos, por ello, debemos involucrarnos en la gestión y toma de decisiones en pro del fomento y conservación de las especies cinegéticas, si queremos seguir disfrutando de la caza.
