La responsabilidad es el eje central, en todas sus facetas, por la cual un cazador debe regirse en todas y cada una sus actuaciones cinegéticas. Debe ser responsable con respecto a la caza en sí misma, en cómo le afecta a él, como puede afectar a los compañeros y demás agentes intervinientes en la actividad y por supuesto con respecto al medio.
Cuando tratamos de ser responsables, seguramente se nos venga a la cabeza primeramente aspectos indispensables de seguridad, tales como el uso de prendas de alta visibilidad, tener cuidados con los tiros, no movernos del puesto… y otros de carácter más ético, como respetar hembras seguidas de crías, animales “por hacer” … y por supuesto temas legales como conocer vedas y cupos.
Sobre estos últimos aspectos, los legales, muchas veces desdeñamos los que tienen que ver con tener todos nuestros papeles en regla, y es algo en lo que debemos incidir y revisar pues aparte de que nuestra responsabilidad como cazadores lo implica, no es menos cierto que puede implicarnos consecuencias cuanto menos poco deseosas.
Los papeles indispensables para cualquier cazador (que cace con armas) son la licencia de armas, las guías de pertenencia de las armas, licencia de caza de la comunidad autónoma donde vayamos a realizar la actividad cinegética y finalmente el seguro con responsabilidad civil obligatoria, siendo siempre aconsejable tenerlo ampliado como se explicará más adelante. Hay otros documentos también importantes, como tarjetas federativas, carnets de socios del coto donde cacemos, o bien permisos para la actividad cinegética en determinado lugar. Otros relativos a temas más concretos, como son aquellos que tratan sobre ser los arrendatarios de un coto o propietarios del mismo, o incluso otros si somos rehaleros, etc. No hay tampoco que menospreciar en estos tiempos de pandemias y confinamientos que nos está tocando vivir, que hay otros documentos que necesitamos tener como los permisos de desplazamientos para actividades cinegéticas concretas.
No son pocos, y debemos siempre de cerciorarnos de tener todos ellos vigentes y en caso de no saber si podemos necesitar alguno más, es aconsejable consultar siempre para tener una mayor tranquilidad al respecto. No tener en regla alguno de los anteriores documentos nos dará de forma directa un problema, en casi todos los casos, y en los relacionados con licencias estos serán económicos en forma de sanción, o incluso de imposibilidad temporal o perpetua dependiendo del caso de volver a tenerlas.
En el caso del seguro todo puede llegar a complicarse de verdad en el caso de accidente, pues ya no entra en juego sólo la enorme cantidad de dinero que puede llegar a necesitarse desembolsar para cubrir las posibles indemnizaciones del mismo, sino que muchas veces no contamos que nosotros mismos podemos sufrir daños, que pueden llegar a multiplicar el problema infinitamente más. Es por ello que el seguro de caza es obligatorio y contar con uno que no sólo cubra la responsabilidad civil obligatoria, sino que se complemente con un seguro voluntario lo más amplio posible, tanto para daños propios, como responsabilidad civil a terceros, sin obviar la cobertura en defensa y asesoramiento jurídico.
Para terminar un apunte que no debemos hacer de menos, muchos cazadores a la hora del relevo generacional, obvian en las primeras etapas de un cazador, que es importantísimo que nuestros jóvenes cazadores deben hacerlo con todos sus papeles en regla, con sus respectivas licencias, con la edad apropiada y con la mayor de las exigencias de seguridad con respecto a ellos. Por mucha prudencia que trasmitamos, por muy “seguros” que nos sintamos, y por buenas maneras que tengamos a la hora de educar al joven cazador, no debemos evadir que a todos los efectos desde un marco legal y jurídico deben estar cubiertos documentalmente, pues todo lo anterior sin esto carece de valor. Transmitir a los jóvenes el valor de la legalidad y de tener todo en regla, es una enseñanza más en nuestras responsabilidades como cazadores.
La mayor consecuencia de no tener los papeles a fin de cuenta, es no tener la tranquilidad guardada en tu morral, y ¿acaso no siempre se ha dicho que ésta es una de las más fieles compañeras del cazador? Ni hay, ni habrá pieza que compense la indudable afirmación que Cazar en orden, seguro y tranquilo es sin duda el mayor de los trofeos posibles.
Daniel Gómez
Creador de playmocaza.es
Cazador Federado de Castilla la mancha
Fotografía de Ángel Vidal - Revista Jara y Sedal
