PERRO BIEN ENTRENADO, UN PERRO MÁS SEGURO

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Diego Miguel Diego

Federación Cántabra de Caza

Colaborador de Mutuasport

 

Tener un perro con el que compartir nuestras jornadas de caza es todo un privilegio, pero desde luego, una gran responsabilidad ya que de su enseñanza y aprendizaje dependerán muchas cosas, entre ellas la seguridad.

 

Aquí en el norte, de enseñar a nuestros canes sabemos mucho, sobre todo en cuanto a la caza mayor se refiere ya que desde cachorros hemos de enseñar al perro a ir atraillado y a mostrarle los rastros para que con el tiempo corten los rastros que durante la noche deja el jabalí y consiga llegar hasta donde se encuentra encamado.

 

De forma breve intentaremos trasladar como hacemos de nuestros grifones y sabuesos unos auténticos compañeros de caza, que se convierten en verdaderos aliados.

 

Cuando los perros van teniendo unos 5 o 6 meses, se les suele mostrar un conejo para ver si tienen el instinto de salir tras él, de ser así, lo siguiente será esconderles el conejo, hacerles unos rastros y ver si el perro “agacha la nariz”.

 

Una vez el perro agacha la nariz, es hora de irle educando en lo que no debe hacer, darle ordenes claras y concisas; por ejemplo, no ir detrás de animales domésticos, saber que rastros son los que ha de seguir etc.…

 

Tenemos que darle mucha importancia a esto, pues de ello dependerá que cazar con nuestro perro sea una actividad segura, ante todo; imaginemos que nuestro perro sale detrás de una pieza de caza, y a nuestras ordenes que no salga corriendo hace caso omiso cruzando una vereda por la que transitan conches, menudo riesgo y peligro.

 

A medida que el perro va cumpliendo meses, le vamos mostrando y sacando tras los jabalíes, al principio viendo animales vivos, luego con rastros frescos o “levantes”, y así hasta que el animal coge los rastros que durante la noche el jabalí hace en sus incursiones, lo que se llama por aquí “coger las demandas”, cuando el perro coge las demandas, será cuando el perro pueda completar todas las vueltas que un jabalí dio durante la noche hasta llegar a levantarlo de su encame, y poder acosarlo hasta que salga a los puestos.

 

Los dos primeros años son los mas complicados de nuestros perros, la inexperiencia unida a la juventud hace que su aprendizaje y su enseñanza sea un trabajo duro, largo pero muy gratificante, del que sin duda todo cazador se sentiría orgulloso.

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