Seguridad en la caza de Montaña

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Ramón A.C. Fitó

Federación Catalana de caza 

Colaborador de Mutuasport

Dentro de las diferentes modalidades de caza, el rececho es una de las más exigentes, especialmente cuando este se realiza en alta montaña, una actividad sólo apta para cazadores en plena forma física, amantes de la naturaleza y de la caza salvaje en estado puro. En la montaña, las diferentes especies venden cara su vida, siendo su caza todo un desafío y un lugar donde poner a prueba no solo nuestra destreza y resistencia, sino también nuestro equipo. 

 

Hay mucho en juego…

 

Consideramos la caza de alta montaña a toda actividad cinegética que transcurre en altitudes superiores a los 2000 metros llegando en ocasiones incluso a los 5000 metros, recechando por las cumbres del mundo a unos peculiares animales con cuernos y para poder hacerlo se requiere de una preparación física y psíquica excelentes. Debemos tener en cuenta que realizando está modalidad de caza hay mucho en juego, ya que nos movemos por zonas altas, frías y propensas a cambios de clima bruscos, un lugar fuera de nuestra zona de confort donde se incrementan los riegos para la salud o incluso podemos poner nuestra vida en peligro, por eso es importante conocer de primera mano donde nos metemos.

Recuerda: En la montaña sea a la altura que sea todo puede caer y cualquiera se puede caer… 

 

El esfuerzo que supone cazar a gran altura viene dado por el hecho que cuanto más subamos el nivel de oxigenación es cada vez más bajo y la temperatura más fría. Pero no es solo la altura, sino el desnivel quien marca la verdadera dureza de la montaña y exige al cazador un empeño máximo para superarlo. Es justo en esos momentos cuando descubrimos que estamos solos y no hay atajos a la cumbre, pese a las dificultades debemos subir la montaña paso a paso, uno tras otro, por nosotros mismos y aquí aparece, por mucho que vayamos acompañados, algo llamado soledad, una fuerza que te aniquila si no estás preparado para superarla, pero que te llevará a lo más alto si sabes aprovecharla. Equípate bien…

 

En la caza en alta montaña se requieren buenas dotes de tirador, pues a menudo nos veremos obligados a realizar disparos a gran distancia, debemos tener en cuenta que a partir de cierta altura la vegetación desaparece y el acercamiento a los animales es muy complicado, así que la elección del arma, el calibre y la óptica es algo muy importante. 

 

Nuestra equipación es un punto a tener muy en cuenta a la hora de afrontar una cacería en montaña, como ya hemos visto en el primer apartado, la gran dureza del terreno requiere que el cazador de alta montaña esté en muy buena forma física y que realice unos grandes esfuerzos para alcanzar su objetivos, hay momentos extremos en que nuestra única prioridad será respirar para poder seguir avanzando, pese a que en muchos lugares del mundo se realizan las aproximaciones con la ayuda de caballos o incluso de helicópteros. Sin estamos a gusto y nos sentimos bien, nuestra actitud será positiva y en una importante parte eso depende de nuestra ropa. En alta montaña tendremos que llevar la vestimenta adecuada que además de ofrecernos comodidad y confort, tenga en cuenta la seguridad en caso de que las condiciones meteorológicas se vuelvan adversas. Aquí no nos vale cualquier cosa, lo más recomendable es usar el sistema de capas, como una cebolla, una solución para enfrentarse a los cambios de forma rápida y eficaz, pudiendo poner o quitar capas a nuestra vestimenta según sean nuestras necesidades en cada momento. En la caza en alta montaña el nivel de actividad cambia radicalmente, no es lo mismo ascender por una ladera que estar un buen rato estático en una cumbre parando el viento mientras intentas localizar animales. Las necesidades de protección y de evacuación de la transpiración son máximas, tenemos que tener en cuenta que un cuerpo húmedo se enfría 20 veces más rápido que uno seco. Por otro lado, en la montaña las condiciones climáticas pueden cambiar en cuestión de minutos os aseguro que la lluvia, la nieve, el frío y el viento, aportan una dosis muy grande de dramatismo a la experiencia. Con el sistema de capas podremos afrontar cualquier cambio, sin perder confort térmico, sin limitar la transpirabilidad o la movilidad y llevando además el mínimo de peso, dato también importante en este entorno hostil.

 

1ª capa es tu segunda piel, te mantiene seco

2º capa, regulación, te mantiene caliente

3ª capa, protección, te protege de los elementos 

 

Hay otro punto a tener también muy en cuenta referente a nuestro equipo y ese es el calzado, unas botas de media altura con una caña que cubra por lo menos el tobillo consiguiendo así una gran seguridad y estabilidad en terrenos con pendientes. Es importante que estén fabricadas con materiales avanzados tecnológicamente para conseguir que sean impermeables y transpirables, las vamos a llevar durante muchas horas en los pies mientras realicemos nuestra actividad con lo cual es importante poder disponer del máximo confort posible. Un punto muy a tener en cuenta de nuestras botas es su suela, necesitamos una suela “profesional” con garantía en cuanto a buen agarre en diferentes superficies, resistencia a los cambios de temperatura y larga duración, tener tracción es crucial especialmente en estas situaciones de caza tan extrema y unas buenas botas son como un seguro de vida. 

 

CUADRO:

Referente al tema de la alta montaña, hay materia para llenar varios libros, aquí os resumo los puntos más importantes que tenemos que tener en cuenta para poder afrontar su desafío:

- El cuerpo humano está diseñado para funcionar de forma óptima a nivel del mar, donde la presión atmosférica es de 1013,25 milibares o sea 1 atmosfera y la temperatura de 20ºC.

- La cantidad de oxígeno en la atmosfera es de un 20,9% hasta los 100 km de altitud.

- Con la altura la presión atmosférica disminuye exponencialmente y con ello la cantidad de oxígeno que llega a la sangre, la capacidad pulmonar se reduce. Hipoxia =Falta de aporte de oxígeno en el organismo.

- A partir de los 2500 m puede aparecer MAM (Mal Agudo Montaña), una especie de resaca muy desagradable (dolor de cabeza, mareos, náuseas…) que en caso de complicarse puede desencadenar un edema pulmonar, cerebral o incluso la muerte. A más de 7300 m se encuentra la denominada “zona de la muerte” donde el hombre ya no puede aclimatarse.

- El gradiente vertical de temperatura nos dice que cada 1000 m que ascendemos la temperatura desciende -6ºC

- Recuerda siempre que la montaña tiene una sola regla básica, si la respetas ella te respetará.

Y recuerda si no haces nada en tu vida que te rete o vaya un poco más allá de tus limites… entonces no estás creciendo.

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